El negocio, definitivamente,
es el de la nostalgia. Lo confirma la jugada de Disney, capaz de meter 4.000
millones de dólares en la billetera de George Lucas para quedarse con el
universo Star Wars. Disney proyecta ganar mucho más.
Lucas, vale recordarlo,
descubrió la pólvora. Cuando acordó con Fox la realización de "La guerra
de las galaxias", cedió en todos los puntos menos en uno: se reservó la
comercialización del merchandising. Era 1977.
Con los muñecos, revistas,
llaveritos y todo producto que llevara impresa la marca Star Wars y de sus
personajes, Lucas construyó el imperio vendido el martes.
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