En dos horas y media, el embajador Wagner explicó, con claridad y
contundencia notables, que Perú y Chile nunca establecieron su frontera
marítima, mientras que el equipo de juristas internacionales, liderado por
Alain Pellet, desbarató los argumentos del vecino del sur respecto de la
supuesta existencia de un límite en el paralelo y puso en evidencia lo
inequitativo que resulta ese planteamiento.
Wagner remarcó que “Chile no ha demostrado dónde y cuándo se fijó el límite
marítimo que asevera fue establecido”, pues no existe ningún acuerdo o tratado
por el que se establezca una frontera marítima entre las dos naciones. También
dejó en claro que “el Perú no pide nada más que aquello a lo que todos los
estados costeros tienen derecho de acuerdo con el derecho internacional: El
logro de una delimitación equitativa”.
Tras explicar que el Perú recurrió a la Corte debido a sus infructuosos
intentos por negociar una solución bilateral con Chile, el embajador y
excanciller peruano precisó que lo que nuestro país solicita es la delimitación
de las zonas marítimas de las partes empezando en el Punto Concordia –donde la
frontera terrestre llega al mar– y que declare que el Perú tiene derechos soberanos
sobre una zona ubicada dentro de las 200 millas peruanas y más allá de las 200
millas chilenas, que constituyen un triángulo exterior de 28 mil Km2.
Dicho eso, Wagner refirió que el argumento de Santiago de
que existe un límite marítimo a lo largo del paralelo geográfico que pasa por
el Hito 1 y que considera “insignificante” la distancia entre ese hito y el
Punto Concordia resulta “indignante y contrario al Tratado de Lima de 1929”.
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