(Tiempo de Cambios). Ayer fue un día
de zozobra y vergüenza para el país. Las tristes imágenes de delincuentes
tomando las calles y abusando de la Policía Nacional y de la sociedad civil en
La Parada, mostraron al mundo, una vez más, un país sin autoridad, donde el
salvajismo cunde día a día.
Los hechos concluyen que
otra vez se actúa de manera improvisada y que lo que nos hace falta es un
servicio de inteligencia no solo para combatir a Sendero Luminoso y al narcotráfico, sino también a la delincuencia
común.
La otra conclusión es la
debilidad institucional. La decisión de la autoridad es menguada por la
desinformación de los medios de comunicación interesados en vacar a la
alcaldesa, lo que sirve de plataforma a los comerciantes que pretenden seguir
aprovechando los beneficios que les otorgan la impunidad y el descontrol.
Los hechos ocurrieron en
horas de la tarde, cuando efectivos de la Policía Nacional llegaron al
exmercado mayorista de La Parada para colocar bloques de concreto en los
alrededores e impedir el ingreso de camiones con mercadería, lo que indignó a
los comerciantes que lanzaron piedras, palos y botellas a los policías,
produciéndose un violento enfrentamiento.
Mientras esto sucedía en La
Parada, en Gamarra una horda de pandillas aprovechaba el caos para saquear
tiendas y vehículos por espacio de dos horas. Hombres, mujeres y hasta menores
de edad ingresaron al emporio comercial arrasando con todo a su paso. Incluso
los vehículos estacionados fueron virtualmente desmantelados.
Kenji Castro Velita, de 32
años, murió de un shock hipovolémico tras recibir un impacto de bala y Gino
Cárdenas Rivero, de 20 años, debido a un
paro cardíaco, tras sufrir un traumatismo en el hemisferio izquierdo.
Al final la policía llego y
solo haciendo disparos al aire pudo controlar la situación.
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