(Tiempo de Cambios). La llegada a tierra del huracán "Sandy" anoche dejó al menos 15 muertos en Estados Unidos y Canadá, zonas costeras del noreste estadounidense bajo las aguas, cerca de 6 millones de personas sin electricidad, 40 mil millones de dólares en pérdidas, 14 mil vuelos aéreos cancelados y sumió en la parálisis un área de unos 1.600 kilómetros.
"Sandy" tocó tierra al sur del estado Nueva Jersey sobre las 8 de la noche hora local dejando ciudades anegadas, olas gigantes y fuertes ráfagas de viento de hasta 150 kilómetros por hora que convierte a este huracán en uno de los más fuertes y extensos que han impactado jamás en la zona.
Sin embargo, ni bien tocó tierra Sandy perdió la rotación y la energía que le proveía el Atlántico pasando a ser una super tormenta tropical y aun así sopló durante toda la noche azotando con dureza la costa este de EE.UU.
Los efectos de "Sandy" se notaron desde Washington DC, la capital del Gobierno, hasta Nueva York, centro financiero mundial.
Al chocar con la masa gélida proveniente del Polo Norte, Sandy desató fuertes nevadas en el estado de Virginia con una capa de nieve de hasta un metro.
Nueve estados se enfrentaron al primer embate de la tormenta en estado de emergencia y paralizados a la espera de que pasaran las aguas torrenciales y los vientos. Más de medio millón de personas pasaron la tormenta en refugios tras ser evacuados por las fuerzas armadas. Se decreto toque de queda y la policía y los bomberos en alerta máxima atendiendo las emergencias en medio de la tempestad.
En Nueva York los cortes de luz dejaron partes del perfil de Manhattan a oscuras y niveles récord de inundaciones con 4 metros de agua, así como una ciudad casi incomunicada, con puentes y túneles cortados, a excepción del túnel Lincoln.
Según Weather Channel, las inundaciones y el viento han dejado cerca de 6 millones de personas sin electricidad en una amplia zona del noreste estadounidense, desde el estado de Virginia hasta Nueva York, pasando por las ciudades de Washington DC o Filadelfia (Pensilvania).
Esto hace que ciudades como Washington se hayan resignado a un segundo día de cierre de oficinas, colegios y paralización casi total de la actividad.
Las inundaciones también afectaron a las pistas de aterrizaje de los aeropuertos de JFK y de La Guardia en Nueva York; Newark, en Nueva Jersey; Reagan y Dulles en Washington.
Post tormenta
La “cola” de Sandy todavía acaricia esta parte de los Estados Unidos y lo seguirá haciendo hasta mañana miércoles aunque sin la terrorífica intensidad de anoche, mientras que el ojo se desvanece hacia el norte polar del Atlántico.
Tras su paso, Sandy nos deja secuelas enormes como la suspensión de los servicios de transporte público, la cancelación de clases escolares, la prohibición de conducir un coche para permitir que las ambulancias, bomberos, policías y fuerzas armadas se desplacen con mayor fluidez, las prohibición de hacer llamadas al 911 a no ser que sea por casos de vida o muerte para evitar saturaciones en la línea, el corte de luz en muchas ciudades hasta que reparen los servicios dañados, centenares de brigadistas arrojando sal sobre la nieve en Virginia para apurar su descongelamiento y un convoy de camiones con palas especiales arrancándola de las principales vías.
Y nos deja también una lección: aunque el apocalíptico anuncio maya sobre el fin del mundo aun no ha llegado, la madre naturaleza nos esta diciendo que estemos preparados para los cambios que se avecinan. Los desastres naturales como Sandy hablan por si solos y lo que nos queda simplemente es adaptarnos, para sobrevivir.
"Sandy" tocó tierra al sur del estado Nueva Jersey sobre las 8 de la noche hora local dejando ciudades anegadas, olas gigantes y fuertes ráfagas de viento de hasta 150 kilómetros por hora que convierte a este huracán en uno de los más fuertes y extensos que han impactado jamás en la zona.
Sin embargo, ni bien tocó tierra Sandy perdió la rotación y la energía que le proveía el Atlántico pasando a ser una super tormenta tropical y aun así sopló durante toda la noche azotando con dureza la costa este de EE.UU.
Los efectos de "Sandy" se notaron desde Washington DC, la capital del Gobierno, hasta Nueva York, centro financiero mundial.
Al chocar con la masa gélida proveniente del Polo Norte, Sandy desató fuertes nevadas en el estado de Virginia con una capa de nieve de hasta un metro.
Nueve estados se enfrentaron al primer embate de la tormenta en estado de emergencia y paralizados a la espera de que pasaran las aguas torrenciales y los vientos. Más de medio millón de personas pasaron la tormenta en refugios tras ser evacuados por las fuerzas armadas. Se decreto toque de queda y la policía y los bomberos en alerta máxima atendiendo las emergencias en medio de la tempestad.
En Nueva York los cortes de luz dejaron partes del perfil de Manhattan a oscuras y niveles récord de inundaciones con 4 metros de agua, así como una ciudad casi incomunicada, con puentes y túneles cortados, a excepción del túnel Lincoln.
Según Weather Channel, las inundaciones y el viento han dejado cerca de 6 millones de personas sin electricidad en una amplia zona del noreste estadounidense, desde el estado de Virginia hasta Nueva York, pasando por las ciudades de Washington DC o Filadelfia (Pensilvania).
Esto hace que ciudades como Washington se hayan resignado a un segundo día de cierre de oficinas, colegios y paralización casi total de la actividad.
Las inundaciones también afectaron a las pistas de aterrizaje de los aeropuertos de JFK y de La Guardia en Nueva York; Newark, en Nueva Jersey; Reagan y Dulles en Washington.
Post tormenta
La “cola” de Sandy todavía acaricia esta parte de los Estados Unidos y lo seguirá haciendo hasta mañana miércoles aunque sin la terrorífica intensidad de anoche, mientras que el ojo se desvanece hacia el norte polar del Atlántico.
Tras su paso, Sandy nos deja secuelas enormes como la suspensión de los servicios de transporte público, la cancelación de clases escolares, la prohibición de conducir un coche para permitir que las ambulancias, bomberos, policías y fuerzas armadas se desplacen con mayor fluidez, las prohibición de hacer llamadas al 911 a no ser que sea por casos de vida o muerte para evitar saturaciones en la línea, el corte de luz en muchas ciudades hasta que reparen los servicios dañados, centenares de brigadistas arrojando sal sobre la nieve en Virginia para apurar su descongelamiento y un convoy de camiones con palas especiales arrancándola de las principales vías.
Y nos deja también una lección: aunque el apocalíptico anuncio maya sobre el fin del mundo aun no ha llegado, la madre naturaleza nos esta diciendo que estemos preparados para los cambios que se avecinan. Los desastres naturales como Sandy hablan por si solos y lo que nos queda simplemente es adaptarnos, para sobrevivir.
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